A tan solo días de la investidura presidencial de Donald Trump, agentes estadounidenses desplegaron este viernes una serie de medidas de seguridad en la frontera con México, específicamente en Ciudad Juárez. Uniformados de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) colocaron alambres de púas y bloques de concreto en el puente internacional Paso del Norte/Santa Fe, que conecta con El Paso, Texas.
El operativo, que detuvo el cruce vehicular por más de 40 minutos, forma parte de los ejercicios de seguridad iniciados en 2019, con el objetivo de preparar a los agentes para posibles incidentes que requieran intervención inmediata. Estos ejercicios se intensifican conforme se acerca el inicio del gobierno de Trump, quien ha prometido endurecer las políticas migratorias, incluida la posible deportación masiva de indocumentados.
Ciudad Juárez, uno de los principales puntos de entrada a EE. UU. para migrantes, se ha convertido en un centro de tensiones debido a las medidas restrictivas que Washington está implementando, a pesar de que el mecanismo CBP One, que permite a los migrantes obtener citas de asilo, ha logrado reducir los cruces clandestinos. Sin embargo, comerciantes de la zona afirman que las maniobras de seguridad se han intensificado con la cercanía de la investidura del magnate.
Por su parte, el gobierno mexicano ha comenzado a preparar albergues temporales para recibir a los deportados, mientras que la alcaldía de Tijuana ha declarado una “emergencia” para enfrentar la llegada de expulsados. El gobierno de Claudia Sheinbaum ha señalado que solo recibirá a deportados mexicanos, aunque la mayoría de los migrantes que se encuentran en la frontera son de Venezuela y Centroamérica.
Con los temores de nuevas políticas de deportación masiva, algunos analistas sugieren que Sheinbaum podría negociar con Trump, similar a lo hecho en su primer mandato, para evitar sanciones económicas adicionales y mitigar los efectos de una posible crisis migratoria.
